Vieja y podrida prostituta

Hace un par de semanas se celebraron las elecciones parlamentarias europeas, que guiaran las políticas generales a seguir por los países de la comunidad europea.

Muchas veces desde el sur o por lo menos desde Uruguay vemos a Europa como un modelo a seguir, sobre todo en los aspectos de movimientos sociales, de libertades individuales y tendencias culturales, acostumbrados a aquello que lo que pasa en el norte baja luego al sur, estamos pendientes a lo que pasa en el viejo continente. Y lo que pasa con el viejo continente es eso, que es muy viejo y lo vemos en los resultados de las últimas elecciones europeas. En plena “crisis” económica mundial, que golpea el crecimiento económico europeo a nivel mundial, Europa voto con miedo e indiferencia. La caída de los partidos progres, el estancamiento de los izquierdistas y los verdes, la subida de los partidos liberales de derecha y la creciente aparición de sectores de ultra derecha son el resultado de estas elecciones. El fascismo sigue vivo en Europa y con mucha fuerza, ante problemas económicos la gente opto por echarle la culpa a los inmigrantes y no al sistema, opto por una seguridad de mantener su vidas sumidas y obstinada en conformarse con vulgaridades materiales a un cambio social que puede venir tras una crisis, reafirmación y reacomodamiento del sistema es lo que consiguió esta “crisis”, que en fin ese es su objetivo y los que mueven los hilos saben muy bien como hacer para beneficiarse de sus propios errores.

Esta Europa que con tan inocente esperanza vemos muchas veces desde el sur, esta hundida en sus propios miedos milenarios, la diversidad que muchas veces creemos ver esta siendo fuertemente aplastada por un nacionalismo que conduce al individualismo mercantil de la gente (como esta sucediendo con el plan Bolonia de estudios), odios y rencores es lo que se huele en Europa y mas allá de los movimientos sociales que se oponen a todo esto, la batalla esta siendo ganada por el mismo de siempre.

No siempre el diablo es más sabio por viejo que por diablo, muchas veces la vejes trae problemas mentales, perdidas de la memoria, hostigamiento, rencores y sobre todo: miedo, mucho miedo.